La ventana. 4ª parte.
Durante la cena estuve en otra parte. No fui muy buena acompañante, la verdad. Era incapaz de centrarme en la conversación que el pobre amigo de Fernando intentaba mantener conmigo.
Ya me había obsesionado. Otra vez. A veces me pasa. Algo inusual me llama la atención y me pica tanto la curiosidad que no puedo evitar pensar en ello a todas horas. En fin, que le voy a hacer.
No conocía al vecino de arriba, pero tampoco a los de abajo. No sé, pero realmente es extraño, ¿no? No que yo no conozca a mis vecinos, eso es normal, pero… ¿tú te sales al patio a discutir con alguien? No, ¿no? Y si por un casual, estas tomando la fresca y empiezas a discutirte pues… te metes dentro, ¿no? Pero… ¿qué fresca? ¡Si hacia un calor de morirse!
Y así me pasé toda la cena. Andrés, el amigo de Fernando, se aburrió de lo lindo. Pero fue educado y disimuló muy bien su decepción. Después de cenar querían ir a tomar una copa a una carpa de esas que están tan de moda y en las que te mueres del calor que hace por que están llenas de gente. Además de ser acribillada por los mosquitos. No me apetecía, la verdad.
Los convencí para que se vinieran a casa. Ellos tres y otro par de amigos que se nos unieron en el café. Después de todo, hacía tiempo que no tenía invitados. Lo malo fue que a la señora Martín, no le pareció tan buena idea. Creo que ella no encontraba a faltar el no tener invitados en el piso de arriba.
Al cabo de media hora exacta de haber empezado nuestra improvisada tertulia, comenzó a aporrear mi puerta.
(Continuará…)
ais!!!!los vecinos en cuantas ocasiones nos entrtenemos en pensar que estarán haciendo, parece que canvien muebles, otra vez discutiendo y cuando tienes una velada en tu casa ya vienen a molestar….. besos y feliz semana holly
Me gustaMe gusta
A veces los vecinos no se dan cuenta que a su alrededor hay vida…
y cuando la escuchan solo piensan en que molesta es…
deberían pensar y disfrutar de ella, a veces se hacen pesadicos…
un abrazo
Me gustaMe gusta
tacaña,un beso
Me gustaMe gusta