La cara de arriba (Down) XX

 

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"People say that you Found somebody new… Say it ins’t true… Say it isn’t so…"

XX

 

S- ¿Os venís? – Sergio se paró a llamarlas, caminaba en dirección al molino en compañía de Teresa, iban a bañarse con los demás. Desde que Alba pasaba tanto tiempo con Gregorio, los dos se habían hecho muy amigos.

G – No, gracias, id vosotros… ¿Tú quieres ir? – Le preguntó a Lucía, que estaba sentada junto a ella en un banco de piedra, al lado de la acacia que había delante de la puerta de entrada a la casa.

L – No, no me apetece.

S – ¿Seguro? Luego no digáis que no…

T – Venga, vamos ya! Si quieren venir ya lo harán, son mayorcitas, saben andar solitas por el monte.

L – ¿Y estos dos?

G – Van juntos.

L – Ya lo vi. Pero por qué van juntos… eso es lo que despierta mi curiosidad.

G – Una misma causa: el abandono. – Las dos amigas se echaron a reír. – Ya era hora que alegraras la cara, llevas unos días… ¿qué te pasa?

L – Una misma causa…

G – Lucía… no sé que decir.

L – ¿Sobre qué? – Se levantó y dio un rodeo a la acacia. En el suelo, apoyada en ella, Gregorio había olvidado su guitarra. Acarició el mástil, pero enseguida apartó la mano, como si le quemara. Gabriela la observaba, sentía dolor por su amiga, notaba como sufría cada vez que veía a Alba acercarse a Gregorio. Ella tampoco se sentía del todo bien cuando Marcelo pasaba tanto tiempo con Lucía, pero su amiga nunca sería una rival para ella, estaba enamorada del hermano, no de él. Aunque Gabriela sabía que Lucía jamás lo admitiría, no confesaría nunca que le gustaba Gregorio, ella era así.

G – Nada, déjalo.

L – Deberíamos pensar en irnos, ya llevamos más de tres semanas aquí.

G – ¿Estás preocupada por Mercedes?

L – Eso también… ¿no crees que ya hemos abusado mucho de la hospitalidad de esta gente? No nos conocían de nada y ahora nos tienen aquí a todas horas, quizá quieran hacer otras cosas a parte de sacarnos a “pasear”.

G – Yo no veo que se quejen…

L – Ya, claro, no van a decirnos: ¿Por qué no os largáis de una puñetera vez, pesados? Eso sería de muy m… – Miró a su amiga, tenía la incertidumbre en sus ojos de no saber si algún día volverían a verse con Marcelo. – Perdona. Tú quieres quedarte, no pienso más que en mí… – Volvió a sentarse al lado de Gabriela. – Nos podemos quedar hasta final de agosto si quieres, pero luego deberíamos irnos, en serio.

G – Mejor a principios de septiembre, ya no habrá caravanas en ninguna parte.

L – Vaaale… en septiembre, pero ni un solo día más.

Apareció Gregorio en busca de su guitarra. Iba con los pantalones tejanos empapados y sin camiseta. La verdad es que, pensó Gabriela, no estaba nada mal. Lucía no tenía mal gusto y él la miraba a ella de forma diferente de cómo lo hacía a Alba. Ella se había dado cuenta en seguida, al principio buscaba sentarse a su lado en la mesa, pintar en la misma habitación, ir a por comida al pueblo… siempre con ella, en su compañía. No entendió ese cambio en él, pero estaba dispuesta a hacer que tuvieran un encuentro en solitario. No sabía como, pero lo conseguiría.

 Gr – ¿Está por aquí mi guitarra? – Dijo él acercándose a ellas. Lucía la cogió y se la alargó sin pronunciar palabra. Él estaba serio, muy serio. – ¿No vais a venir?

L – No.

G – Tal vez…

Gr – Ya veo, no os ponéis de acuerdo. Bueno, yo me vuelvo, Alba dice que va a hacer el salto del ángel… desde la roca… puede ser divertido. – Y se alejó corriendo.

L – Gabriela, por qué no vas tú, a ti te apetece, no tienes que quedarte aquí por mí. Creo que voy a echarme un rato, me duele la cabeza. Anda, ves.

Lucía se levantó y se metió en la casa, sin dar tiempo a Gabriela a reaccionar. Estaba tan triste por su amiga que le entraron ganas de ir a por Gregorio y darle una patada en la espinilla, joder. ¿No se daba cuenta o qué? No, era evidente que no. Se fue al río, tenía que hacer algo con esos dos.

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Lucía empezó a subir la escalera deprisa pero a la mitad se paró apoyándose en la baranda y se sentó en un escalón. Lloraba. Ni siquiera se sorprendía de hacerlo. Solo se sentía estúpida. Pero tenía ganas, así que lloró en silencio. De pronto Pepe se sentó a su lado. No lo había visto llegar y se asustó, no sabía que escusa poner ni como explicar que se encontrara en esa situación. Pero él no le preguntó nada. Le pasó un brazo por encima de los hombros y le prestó el suyo. Y ella lo aceptó. Se llora mejor en el hombro de alguien. Luego, más calmada, estuvieron hablando, él le dijo que no hiciera caso, que Gregorio era así, imprevisible. Lo mismo se desvive por ti que por cualquier otro, incluida una piedra, aunque al final, siempre acababa marchándose. Ella no supo como había sabido lo que le pasaba, pero sus palabras la reconfortaron, se sintió mejor, más animada a pesar de todo. Luego salieron a pasear, estuvieron caminando hasta que ya apenas se veía nada y volvieron a la casa. Al llegar, Gabriela se quedó más tranquila, había estado preocupada por ella, la había dejado triste y no sabía donde se había metido ni que estuviera con Pepe. En cambio Gregorio se quedó más intranquilo, pensar que ella pudiera estar paseando sola no lo preocupaba, por lo menos no estaba con su hermano, pero al verla con Pepe sintió celos. Además conocía a su amigo, a saber de qué habrían estado hablando, tal vez de él, no le hizo gracia ninguna. Pero no habían hablado de él, tan solo conversaron de sueños, los que tenía ella y los que tenía él. Fue un paseo muy agradable y los dos se relajaron, creando un lazo de amistad que crecería y duraría mucho en el tiempo.

 

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5 pensamientos en “La cara de arriba (Down) XX

  1. miiiiiiraaaaaaa…….si fuistes tu la de la lluvia!!!!!!!!!!!!!………menos mal k acabé x la tarde en SItges, y con eso del microclima terminé entre sol, arena y martini solitario.

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  2. Hola guapa, pues si, estoy mucho mejor, sorprende la tristeza por alguien que no conoces, tanto como lo arropada que te hacen sentir la gente como tu, que se preocupa sin conocermemuchas gracias, vales mucho.un beso globo? estoy en prácticas de estos besos,jajaaja

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  3.  
    Vale, pue preparate a subir al arca que ahí voy… "Había una vez….parararararan… uuun ciiircooo que aaniimaabaa a toodos el corazóoooon, nariaronariaronaaaaa (es que no me acuerdoooo de la leetraaa) , lleno de alegría e ilusiiiiiiiooooooón… tachán-tachín-tachán… no recuerdo nada máaas, así que te lo imaginaaaas y ya estáaaa."
    jajajajaj, dios, que no llueva por bcn o viene el Hereu y me detiene, jajajaj o lo que es peor, los del trasvase y me contratan, jajajajajaja

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