I spend my time

Mi café se enfrió hace rato, aún así, sigo moviendo la cucharita dentro de la taza. Absorta, miro por la ventana cada ficticio amanecer creado por los faros de los coches que circulan cerrando la esquina de mi calle.

Siempre es tarde, siempre demasiado pronto. Nazco cada día en esa hora imprecisa, donde la noche no sabe si aún es noche o una cenicienta a punto de perder su zapato de cristal.

Abandono la taza con el café frío y desaparezco con la luz de otros faros. Me pierdo en la ciudad junto con otros como yo, hacía su destino anodino. Luego ocuparé el resto de la moribunda noche en preparar lo absurdo de todo para los demás. Y cuando nazca el día, me zambulliré de lleno en la frenética carrera por alcanzar el fin.

El fin de una hora. El fin de un trabajo. El fin de la mañana. El fin del almuerzo. El fin de la jornada… y me quedará el estúpido paréntesis de tres horas para ocuparlas en desocuparlas, para así llegar… al fin del día.

Ni siquiera en ese lapsus de tiempo vacío me permito pensar en ti.

Me tumbo en el sofá y me abandono al aturdimiento, la mortecina luz del televisor ilumina en semicírculo un pedazo de suelo y de salón. Permanezco en la penumbra. En la penumbra de todo. Me rescata la música de un anuncio de galletas y entras a hurtadillas, irrumpiendo en mis neuronas adormecidas. Rompiendo la desidia que con tanto esfuerzo he instaurado en mis recuerdos. Los desordenas, los tiras por el suelo, rompes en mil pedazos los cristales de los marcos de las fotos, al sacarlas de la última caja guardada arriba del armario más alto.

Cierro el televisor. Mañana probablemente ni lo encienda cuando me tumbe en el sofá.

Me levanto y camino descalza hasta la cocina. Delante de la nevera, con la puerta abierta y los pies helados, decido largamente si llenar con vino blanco o negro la mitad de mi copa. Ni siquiera saco algo solido para comer.

Miro por la ventana con la copa entre mis dedos. La mezo. Veo los faros de un coche lanzando inútilmente falsas estrellas hacia el cielo, justo antes de doblar la esquina de mi calle.

Holly

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5 pensamientos en “I spend my time

  1. Esti y Rosa, es todo ficción. Por si acaso lo aclaro!!!
    Yo hace tiempo que ilumino mis calles con mi coche-huevo (un poco tuerto) y las veo estupendamente!!! 😂😂😂
    Un beso globo para cada una!!! 😘🎈

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  2. Tonet, triste??? Es más bien «sad» no?
    Me alegro que por fin estés con mi Gato, lo echo de menos… Creo que incluso echo de menos a Sigmund? Sully? Sigur? Bueno, al insulso que rasca que se le ha ido la pinza y, como podrás percatarte por mi olvido, no es de aquellos personajes que te persiguen aún cuando hace años que leíste el libro…. Y mi Holly? Trátamela bien, eh???
    Un besoteng.

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  3. Elches!!!! Que vine ayer y luego me fui sin decir nada!!!
    Que digo yo…. en vez de mirar los faros de los coches… mejor te montas en el tuyo e iluminas tu propio camino… y ya de paso te coges esa botellita y ya si eso nos hacemos un chin chin, que está feo eso de beber sin compartir.
    Un saludito.

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